La donación de órganos es una intervención quirúrgica que salva vidas. Según cifras del Global Observatory on Donation and Transplantation, en el mundo se realizan aproximadamente cada año 100.900 trasplantes de órganos, de los cuales 69.300 son trasplante renal (46% donante vivo), 20.300 trasplantes hepáticos (15% de donante vivo), 5.330 trasplantes cardiacos, 3.330 trasplantes pulmonares, 2.380 trasplantes de páncreas y 260 trasplantes de intestino delgado.
Pese a que estas cifras pueden parecer elevadas, conseguir donantes de órganos no es tan sencillo. De hecho, a nivel global, miles de personas mueren anualmente por falta de donantes, pues alrededor de 104.234 personas entre mujeres, hombres y niños están en lista de espera.
Sin embargo, en ocasiones los milagros existen. Esto lo comprobó Lucy Humphrey, una ciudadana del Reino Unido que tenía muy pocos años de vida debido al lupus que padece hace más de una década, enfermedad que le afectó sus riñones.
La mujer de 44 años fue desahuciada en 2019 al no poder conseguir un trasplante de riñón. Por este motivo, junto a su pareja Cenydd Owen, decidieron viajar a la playa para disfrutar sus últimos años de vida, sin esperar que en aquel lugar estaría su donante.
Aunque los planes iniciales eran recorrer diversas ciudades los fines de semana en una casa rodante con sus dos perros Jake e Indie, estos tuvieron que ser suspendidos pues tenía que someterse a un tratamiento.
Por este motivo, decidieron tomar únicamente un descanso de dos días en una playa cercana de Cold Knap en Barry, en el sur de Gales. Cuando estacionaron su autocaravana se dieron cuenta que su perra Indie se acercó a una mujer que estaba a unos cuantos metros y a pesar de que la llamaron insistentemente ella hizo caso omiso.
«Seguía yendo y viniendo a donde ella estaba y nosotros la llamábamos una y otra vez para que regresara a donde estábamos, porque obviamente un dóberman grande puede ser un poco intimidante», relató Lucy Humphrey a la BBC News. «Pensamos que tenía comida o algo así y Cenydd seguía llamándola. Al final fuimos a disculparnos con ella«, añadió.
¿Un milagro?
Cuando fue a ofrecer disculpas, la amable mujer le ofreció una bebida; sin embargo, al estar sometida bajo tratamiento le indicó que no podía beber y surgió la conversación de su enfermedad y del trasplante que necesitaba.
Y como si de un milagro se tratara, la desconocida le indicó a la pareja que justo había ingresado en el registro de donantes de riñón. De inmediato ambas mujeres intercambiaron números y se pusieron en contacto con un coordinador de donantes.
“Se hizo todas las pruebas y resultó que era una donante perfecta para emparejar con Lucy» dijo el esposo. «Un cirujano nos dijo que hay 1 probabilidad en 22 millones de encontrar la combinación perfecta, y eso es lo que necesitaba porque tiene lupus», agregó.
Al cabo de unos meses, la cirugía se realizó con éxito en Hospital Universitario de Gales. Ahora Lucy puede vivir una vida normal alejada de las diálisis. «Durante los últimos cinco años, no podía beber nada (alcohólico) y estaba limitada en cuanto a lo que podía comer. Ahora, puede comer y beber lo que quiera y estamos empezando a recuperar nuestra vida normal«, señaló.
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