El cáncer cerebral es una patología caracterizada por la proliferación descontrolada de células en el cerebro, las cuales generan tumores malignos. Estos tumores pueden provocar una serie de problemas de salud graves, incluyendo alteraciones en la conciencia y, en casos extremos, la muerte.
Los especialistas de la Mayo Clinic explican que los tumores cerebrales pueden originarse directamente en el tejido cerebral o en áreas adyacentes, como los nervios craneales, la glándula pituitaria, la glándula pineal o las meninges, que son las membranas que envuelven el cerebro.
Según la Revista Médica Clínica Las Condes, los tumores cerebrales se clasifican en cuatro categorías según su grado de malignidad. Los tumores de grado I y II se consideran de «bajo grado» o «benignos», mientras que los de grado III presentan signos histológicos de malignidad. Los tumores de grado IV son altamente malignos y tienen una tendencia a la necrosis.
Aunque los tumores de grado I y II son más frecuentes, se estima que más del 44% de los tumores cerebrales son malignos. La incidencia total de tumores cerebrales primarios es de 21.42 por cada 100,000 habitantes, con una tasa de 5.42 por cada 100,000 entre individuos de 0 a 19 años y de 27.85 por cada 100,000 en aquellos de 20 años o más.
Existen diversos tratamientos para el cáncer cerebral, que se seleccionan según las características individuales de cada caso. Estos pueden incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia, radiocirugía, quimioterapia y terapias dirigidas. Recientemente, se ha probado un nuevo tratamiento experimental que ha demostrado ser altamente efectivo.
Un aspecto notable de este tratamiento es que fue desarrollado por un médico que también es paciente de cáncer cerebral. Este médico decidió probar su propio tratamiento experimental, obteniendo resultados positivos.
El caso en cuestión es el de Richard Scolyer, un médico australiano de 57 años que padecía un subtipo de glioblastoma muy agresivo, conocido como glioblastoma de Scolyer. Este tipo de cáncer es tan severo que la mayoría de los pacientes tienen una expectativa de vida menor a un año.
Hace un año, Scolyer se sometió al primer tratamiento mundial para glioblastoma basado en su investigación sobre el melanoma. Doce meses más tarde, anunció que su última resonancia magnética no mostraba signos de recurrencia del tumor.
En sus propias palabras durante una entrevista con la BBC, Scolyer expresó: «Para ser honesto, estaba más nervioso que en cualquier escaneo anterior. Estoy simplemente emocionado y encantado… No podría estar más feliz».
