Esta es la historia del niño cajamarcuno que creó su propia empresa de insumos naturales
Harrison Vargas Ángel es un niño de 13 años residente en una finca en la vereda La Tigrera de Cajamarca, llamada Bellavista, que día a día se levanta para trabajar en un emprendimiento muy interesante.
Ante las dificultades que está atravesando el campo colombiano como la fluctuación de los precios, el descenso del consumo y la comercialización de productos, Harrison y su familia decidieron apostarle una idea de negocio basada en la arracacha, principal cultivo de esta zona del país.
De ahí surgió Rica-Cha, un snack empaquetado de arracacha que ha fascinado los paladares de los habitantes de Cajamarca, no solo por su sabor sino por su procedencia.
“Rica-Chá nace en nuestros cultivos sembrados con prácticas amigables con el medio ambiente. En cuanto al proceso de transformación, consiste en tajar la arracacha, agregar los ingredientes para después freír, finalmente, empacamos”, dijo Harrison.
Y añadió: “llevamos mes y medio con el producto en el mercado; antes era prueba y error para lograr estandarizar. Hemos estado en eventos locales pero el primer lugar al que llevé los snacks fue al colegio, porque a muchos compañeros no les gusta la arracacha, sin embargo, una vez que probaron Rica-Chá les gustó muchísimo”.
El principal objetivo de este niño es procesar altas cantidades de arracacha para ayudar al campo colombiano e impactar de forma positiva pagando precios justos por la producción. Un factor diferenciador es que producen la arracacha con tecnología basada en biomoléculas orgánicas.
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