La salud ocular es esencial para nuestro bienestar general, y a menudo, pequeñas acciones que parecen inofensivas pueden tener un impacto significativo en nuestros ojos. En este sentido, los expertos han advertido sobre un hábito común pero potencialmente dañino: frotarse los ojos. En este artículo, compartiremos las razones detrás de esta advertencia y cómo cuidar adecuadamente nuestra vista para evitar complicaciones futuras.
Aunque pueda parecer una acción inofensiva e incluso placentera para algunos, frotarse los ojos puede ser muy arriesgado e incluso llevar a enfermedades graves e infecciones.
Según los expertos del Centro Oftalmológico y Clínica Barraquer de Bogotá, frotarse los ojos con fuerza excesiva y con demasiada frecuencia tiene consecuencias negativas para el buen funcionamiento de estos órganos.
Los expertos del Centro de Oftalmología Barraquer indican que esta práctica puede perjudicar nuestra salud visual, ya que «puede causar el desarrollo del queratocono, una enfermedad que provoca el adelgazamiento y deformidad de la córnea (la capa transparente más externa del ojo), lo que puede afectar seriamente la visión«.
Además, la fricción constante y sin la debida higiene puede provocar infecciones oculares como la conjuntivitis, la blefaritis e incluso el coronavirus, ya que las bacterias y virus presentes en nuestras manos pueden penetrar en el ojo al frotarlo.
Otros riesgos de realizar esta acción con demasiada frecuencia son empeorar condiciones como el glaucoma y las miopías malignas, así como aumentar el riesgo de sufrir un desprendimiento de retina.
Por otro lado, frotarse los ojos también puede causar picos altos de presión intraocular (PIO). «Si tenemos una PIO alta y sufrimos glaucoma, podemos estar dañando el nervio óptico», explican los especialistas.
En cuanto a la estética, según los expertos de la clínica oftalmológica Vithas Eurocanarias, frotarse los ojos puede llevar a la aparición de líneas de expresión no deseadas, bolsas y ojeras, ya que la zona alrededor de los ojos es la más delicada y sensible de la cara, ya que carece de glándulas sebáceas. «Por lo tanto, frotar constantemente los ojos estira la piel y provoca estas consecuencias antiestéticas», señalan.
Las recomendaciones de los expertos son no frotarse los ojos bajo ninguna circunstancia y evitar hacerlo de forma inconsciente. También se recomienda mantener la lubricación ocular mediante el uso de gotas en caso de sequedad ocular.
«Si siente la necesidad frecuente de frotarse los ojos, evite hacerlo. En su lugar, intente usar suero fisiológico o lágrimas artificiales que se pueden adquirir sin receta. Son productos seguros que ayudan a mantener los ojos limpios y lubricados. Si el problema persiste, debe acudir al oftalmólogo para detectar cualquier enfermedad y recibir el tratamiento adecuado», concluyen.
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