Alcanzar un peso saludable es una meta que para muchos parece inalcanzable, ya sea debido a un estilo de vida sedentario o a hábitos alimenticios poco saludables. Más allá de la estética, mantener un peso adecuado es esencial para preservar nuestra salud.
El sobrepeso y la obesidad son condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, algunas de las cuales pueden ser fatales, como la hipertensión, la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedad de la vesícula, osteoartritis, apnea del sueño y varios tipos de cáncer.
«Controlar el peso contribuye a la buena salud en el presente y a medida que envejecemos. Por el contrario, las personas con obesidad enfrentan un mayor riesgo de padecer numerosas enfermedades y afecciones graves«, advierten los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Existen diversas prácticas que las personas emplean para lidiar con su peso, siendo el ayuno una de las más comunes. Cuando se realiza correctamente y con la supervisión de un especialista, el ayuno puede ser efectivo en el proceso de pérdida de grasa.
El ayuno implica abstenerse de consumir alimentos durante un período determinado, que generalmente supera las 12 horas. Existe una variante más extrema conocida como ayuno de agua, donde las personas evitan alimentos sólidos y se limitan a beber agua durante más de 24 horas. Pero, ¿qué tan segura es esta práctica? A continuación, compartimos la opinión de algunos expertos.
Según un estudio sobre la eficacia y seguridad del ayuno prolongado de agua realizado por Marcos Ezpeleta y otros investigadores de la Universidad de Oxford, llevar a cabo esta práctica durante 5 a 20 días puede resultar en un significativo aumento de las cetonas circulantes y una pérdida de peso del 2 al 10%.
Efectos negativos
El artículo señala que aproximadamente dos tercios del peso perdido corresponden a masa magra y un tercio a masa grasa. La pérdida excesiva de masa magra puede aumentar la degradación de las proteínas musculares, lo cual, según los investigadores, es motivo de preocupación. Por ello, advierten que no se deben tomar decisiones apresuradas y seguir dietas tan restrictivas.
Entre los efectos positivos del ayuno de agua encontrados por los especialistas se incluyen la reducción de la glucosa, la insulina y la hemoglobina glicosilada en adultos, así como la estabilización en pacientes con diabetes tipo 2.
Por otro lado, Krista Varady, investigadora y profesora de nutrición en la Universidad de Illinois en Chicago, menciona que el ayuno de agua puede ofrecer beneficios temporales para la presión arterial, el colesterol y el azúcar en la sangre, pero estos suelen desaparecer poco después de que la persona vuelve a comer. A pesar de esto, el ayuno de agua puede favorecer la pérdida de peso, ya que el cuerpo recurre a las reservas de grasa para obtener energía.
A pesar de los beneficios, la doctora Ivania Rizo, directora de medicina de la obesidad en el Centro Médico de Boston, expresa su preocupación principal acerca de la deficiencia de vitaminas y minerales que puede causar el ayuno de agua.
Además, señala que esta práctica también puede tener efectos negativos como fatiga, mareos, debilidad y dificultad para concentrarse. En este sentido, el estudio de Oxford también menciona efectos secundarios observados por expertos, tales como acidosis metabólica, dolores de cabeza, insomnio y hambre.
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