El cáncer es una enfermedad caracterizada por la proliferación descontrolada de células en el cuerpo, que se diseminan a otras partes del organismo. Estas células acumuladas pueden formar tumores, los cuales pueden ser benignos o malignos, según el Instituto Nacional de Cáncer (INS).
Los tumores malignos, también conocidos como tumores cancerosos, tienen la capacidad de invadir los tejidos cercanos y pueden propagarse a otras partes del cuerpo mediante un proceso llamado metástasis. Sin embargo, los cánceres de la sangre, como la leucemia, no suelen formar tumores sólidos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos años se ha observado un aumento significativo en el número de casos de cáncer, con alrededor de 20 millones de nuevos casos y 10 millones de muertes relacionadas con esta enfermedad.
Se estima que la carga del cáncer aumentará aproximadamente un 60% en las próximas dos décadas, lo que tendrá un impacto significativo en los sistemas de salud, las personas y las comunidades. Se proyecta que para el año 2040 habrá alrededor de 30 millones de nuevos casos de cáncer a nivel mundial, siendo los países de bajos y medianos ingresos los más afectados por este crecimiento.
Sin embargo, una preocupación aún mayor es el aumento en el número de jóvenes que desarrollan cáncer en los últimos años. Según los especialistas, aproximadamente el 57% de los nuevos casos de cáncer y el 47% de las muertes ocurren en personas menores de 69 años, en plena etapa productiva de sus vidas.
Esta tendencia se atribuye a la adopción de malos hábitos diarios como el consumo de alimentos procesados, tabaco y alcohol, así como el sedentarismo y la exposición a factores ambientales como la contaminación.
Investigaciones recientes sugieren que cualquier tipo de actividad física que evite el sedentarismo puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer. Según la American Cancer Society, realizar más actividad física se relaciona estrechamente con un menor riesgo de varios tipos de cáncer, como el colorrectal, endometrial y de seno postmenopáusico. Además, algunos estudios indican que la actividad física también puede reducir el riesgo de cáncer de esófago, hígado y seno postmenopáusico.
Caminar, nadar, andar en bicicleta o correr son ejercicios recomendados para prevenir el desarrollo de este tipo de enfermedades, ya que ayudan a mantener un peso saludable y regular las hormonas relacionadas con el cáncer.
Los expertos recomiendan a los adultos realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad vigorosa por semana para mantener una buena salud y reducir el riesgo de cáncer.
Véase también: Energía solar: Cundinamarca avanza hacia un modelo de energías limpias
