Conoce la historia de la ‘Casa del diablo’ en Mompox
Santa Cruz de Mompox es un pueblo de Colombia ubicado en el departamento de Bolívar, reconocido como distrito especial y patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en 1995, gracias a su arquitectura y la historia que sus calles aguardan.
En una de las esquinas entre los barrios Santa Teresa y Las Flores, existe una casa colonial que destaca sobre todas las obras por estar abandonada y ser cuna de diversos hechos paranormales, de acuerdo con testimonios de habitantes aledaños.
La construcción cuenta con dos pisos, seis puertas, seis ventanas, una sala grande, un depósito, un patio y cuatro cuartos. Desde las ventanas se pueden observar unas escaleras que conducen al segundo piso que está a medio construir.
En dicho lugar existe una peculiar historia urbana por la cual se le ha atribuido el nombre de la ‘Casa del diablo’. Según cuenta la leyenda, dicha casa fue el resultado de un pacto que su dueño hizo con el mismísimo Lucifer a cambio de su alma deseando dinero, reconocimiento y muchas comodidades.
Así lo narra Carlos Vargas, guía turístico nativo, quien asegura que esta historia involucra a la familia Amarís, que es muy tradicional del territorio. “Tenían muchísimo dinero, el señor Amarí era el padre de unos 12 hijos y la gente decía que él tenía dinero porque había hecho un pacto con el diablo”, explica.
Vargas añade que “cuando estaba de avanzada edad mandó a hacer una casa nueva para vivir y de manera extraña, durante la construcción de la casa, todos los años moría un trabajador de la obra o de las fincas, la gente decía que eran las almas que él sacrificaba para poder mantener el pacto”, señala.
De acuerdo con otros testimonios, las desgracias en este proyecto se manifestaron desde el principio. Según Gabriel Amarís, hijo de Enrique Amarís, en una entrevista para El Unjversal, su padre trabajaba con petroleras y tenía mucho dinero para la construcción por lo que un amigo cercano le propuso realizar una obra que destacara por su belleza en medio de la zona y convertirla en un prostíbulo, ya que esto daba mucho dinero en ese momento.
Sin embargo, al cabo de un tiempo comenzaron a suceder muchos conflictos entre él y su socio, por lo que la obra quedó a la mitad. Tras esto, los habitantes de la zona empezaron a afirmar que en las noche se escuchaban ruidos extraños y lamentos provenientes del más allá.
De hecho, luego de que el lugar quedara en abandono, un grupo de indigentes llegaron a tomar posesión pero al parecer salieron despavoridos afirmando que el mismísimo diablo los había atacado.
Algunos cuentan que en la noche se puede observar a través de las ventanas la figura de un hombre vestido de blanco acompañado de un enorme perro furioso, que sería la representación del diablo, por lo que la mayoría de los vecinos evitan pasar por allí cuando cae la noche.
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