Alcanzar y mantener un peso saludable se erige como una meta desafiante para muchos individuos, ya sea debido a un estilo de vida sedentario o a hábitos alimenticios poco saludables. Sin embargo, más allá de las consideraciones estéticas, es crucial comprender que mantener un peso adecuado es esencial para preservar nuestra salud y bienestar.
El sobrepeso y la obesidad son condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar una amplia gama de enfermedades, algunas de las cuales pueden tener consecuencias fatales. Estas incluyen hipertensión, diabetes tipo 2, enfermedades coronarias, derrames cerebrales, problemas de la vesícula, osteoartritis, apnea del sueño y diversos tipos de cáncer.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señalan que controlar el peso contribuye tanto a la buena salud presente como a la futura, mientras que las personas con obesidad enfrentan un mayor riesgo de padecer numerosas enfermedades y afecciones graves.
En el ámbito de las estrategias para la pérdida de peso, se han popularizado una variedad de dietas y planes de alimentación. Uno de los enfoques más destacados en los últimos tiempos es el «ayuno intermitente», que implica alternar entre periodos de ayuno y alimentación para estimular el metabolismo y la pérdida de peso.
Peligros del ayuno intermitente
Aunque el ayuno intermitente ofrece beneficios para la salud, como una menor incidencia de enfermedad arterial coronaria y diabetes tipo 2, mejora de la sensibilidad a la insulina, reducción de la presión arterial y disminución de la grasa corporal, así como mejoras en la microbiota intestinal y la reducción del estrés oxidativo, algunos expertos advierten sobre posibles riesgos asociados.
Un estudio reciente que involucró a más de 20,000 adultos reveló que aquellos que restringieron su ventana de alimentación a menos de 8 horas al día tenían un 91% más de probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares en comparación con quienes comieron durante un período de 12 a 16 horas al día.
Los resultados de esta investigación fueron presentados en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de Epidemiología y Prevención de la Asociación Americana del Corazón, destacando la importancia de comprender los efectos a largo plazo del ayuno intermitente para prevenir enfermedades.
Wenze Zhong, autor principal del estudio y jefe de epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China, enfatizó la necesidad de analizar los impactos a largo plazo de esta práctica para evitar complicaciones cardiovasculares.
El estudio se basó en el análisis de los patrones dietéticos de los participantes en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) entre 2003 y 2018, en comparación con los datos de las personas fallecidas en los Estados Unidos entre 2003 y 2019. Concluyó que el ayuno intermitente puede aumentar significativamente el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares, especialmente en aquellos con antecedentes de enfermedades cardíacas o cáncer.