El whisky, una de las bebidas alcohólicas más populares a nivel mundial, se obtiene mediante la destilación de la malta fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, seguido de su añejamiento en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco.
A pesar de su elevado contenido alcohólico, que oscila entre el 40 % y el 62 % de volumen, su consumo responsable ha revelado algunos beneficios para el organismo, según estudios recientes. La revista Cool Material destaca que el consumo moderado de una copa de whisky al día puede contribuir a la prevención del cáncer, mantener la dieta, preservar la salud del corazón, reducir el riesgo de demencia, calmar los nervios, aliviar el malestar de garganta, regular la insulina y favorecer la digestión.
Profesionales de la salud aconsejan no exceder los 25 mililitros de whisky diarios, ya que un consumo desmedido podría aumentar el riesgo de enfermedades hepáticas, cáncer y problemas de salud mental. El portal Whisky Master subraya la importancia de seguir las pautas recomendadas por expertos en salud para el consumo de alcohol, estableciendo límites de 8 tragos a la semana para mujeres y 15 para hombres.
En cuanto a los beneficios respaldados por la ciencia, se destaca que el whisky, por sus antioxidantes, puede ayudar en la prevención del cáncer, especialmente en comparación con el vino tinto. Asimismo, se sugiere que su consumo moderado puede contribuir a prevenir accidentes cerebrovasculares isquémicos, mantener el corazón sano y reducir el riesgo de demencia. Además, el whisky puede tener propiedades para calmar los nervios y combatir molestias del resfriado, al promover la circulación y ayudar en la dilatación de los capilares.
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