Las arritmias cardíacas son definidas por la Fundación Cardiovascular de Colombia como “un problema o trastorno en el cual se ve alterado el ritmo cardiaco, es decir, el corazón late con frecuencia anormal provocando que no se bombee la suficiente sangre o aumentando el riesgo de coágulos”.
La entidad señala que aunque es completamente normal que la frecuencia cardiaca aumente o disminuya en determinados casos, dependiendo de la actividad física que se realice, en ocasiones este síntoma puede ser una señal para diagnosticar una enfermedad cardiovascular.
“Cuando el corazón late más rápido de lo normal se denomina taquicardia, y esta se caracteriza por una frecuencia cardíaca en reposo mayor a 100 latidos por minuto”, explican los expertos. Las arritmias se pueden clasificar en varios tipos dependiendo de sus características y de la velocidad con la que lata el corazón.
Según el portal especializado en medicina Mayo Clinic, el tratamiento de este problema cardíaco puede incluir: medicamentos, procedimientos con catéter, dispositivos implantados o cirugía para controlar o eliminar los latidos cardíacos rápidos, lentos o irregulares.
Adicionalmente, llevar un estilo de vida saludable para el corazón puede ayudar a prevenir los daños cardíacos que pueden desencadenar ciertas arritmias cardíacas. Sin embargo, en fechas recientes diseñaron un innovador invento que ayudaría a controlar las arritmias de forma electrónica.
La solución
Se trata de un tatuaje a base de grafeno, un material bidimensional, sumamente resistente, muy liviano y con propiedades conductoras, que podría ser el principal sustituto del marcapasos, que en ocasiones puede limitar los latidos, dañar los tejidos blandos, provocar molestias y causar algunas complicaciones de salud.
Este innovador tatuaje fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad Northwestern y se convirtió en el implante cardíaco más delgado hasta ahora, ayudando a estimular la actividad cardiaca de forma efectiva.
Además de ser más delgado que un cabello, es biocompatible y al ser tan flexible se adapta a los contornos del corazón, pero también es suficientemente fuerte y elástico como para resistir los latidos.
De acuerdo con el profesor de ingeniería biomédica en la Escuela de Ingeniería McCormick y codirector del estudio, Igor Efimov, el mayor reto fue desarrollar un dispositivo biocompatible ideal para adaptarse a tejidos blandos y dinámicos.
“Uno de los desafíos para los marcapasos y desfibriladores actuales es que son difíciles de colocar en la superficie del corazón. Los electrodos de desfibrilador, por ejemplo, son esencialmente bobinas hechas de alambres muy gruesos, que no son flexibles y se rompen. Las interfaces rígidas con los tejidos blandos como el corazón pueden causar diversas complicaciones. Por el contrario, nuestro dispositivo suave y flexible es discreto y se adapta sin problemas directamente al corazón para proporcionar mediciones más precisas”, señaló el especialista.
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