El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, define esta enfermedad como una patología por la que “algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es la principal causa de muerte en el mundo. “En 2020 se atribuyeron a esta enfermedad casi 10 millones de defunciones; es decir, casi una de cada seis de las que se registran”.
La misma entidad manifiesta que los tipos de cáncer más comunes son los de mama, pulmón, colon, recto y próstata. Alrededor de un tercio de las muertes por esta enfermedad se deben al consumo excesivo de tabaco, a un elevado índice de masa corporal, al consumo de alcohol, a una baja ingesta de frutas y verduras y a la falta de actividad física.
Aunque por años, diversos científicos e investigadores en el tema de la salud han intentado encontrar alternativas para curar este tipo de enfermedades y/o detectarlas a tiempo, aún hay muchas que no tienen un tratamiento efectivo y se diagnostican de forma tardía.
Sin embargo, en fechas recientes se hizo un hallazgo que da una nueva esperanza a los investigadores: las hormigas son capaces de diferenciar las células cancerosas de las células sanas en los seres humanos.
El descubrimiento lo realizaron un par de investigadores franceses, quienes identificaron que estos insectos son como los sabuesos y su olfato es tan desarrollado que puede detectar las células del cáncer.
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Anteriormente ya se había establecido que los perros bien entrenados tenían esta capacidad, pues los tumores tienen un olor particular porque liberan compuestos volátiles que aparecen en fluidos corporales como el sudor o la orina.
Gracias a esto, se ha podido diagnosticar el cáncer en pacientes en etapa temprana sin necesidad de recurrir a una biopsia, pero ahora se descubrió que las hormigas también tienen esta capacidad de olfato, haciendo este procedimiento una opción mucho más económica y prometedora.
Pero, ¿cómo es posible que las hormigas tengan esta habilidad?, un estudio determinó que aunque las hormigas no tienen nariz, en su lugar cuentan con miles de receptores olfativos en sus antenas que actúan como dos grandes fosas nasales y tienen una precisión similar a la de un perro.
Para llegar a esta conclusión, investigadores de l’Université Sorbonne Paris Nord entrenaron un tipo de hormiga llamada Formica Fusa u hormiga esclava, que está extendida de forma masiva en Europa, Asia y Estados Unidos.
En estas hormigas se realizaron tres pruebas. En una de ellas, se colocó una gota de agua de azúcar frente a la orina para que el insecto pudiera asociar el olor de los tumores con una recompensa. Al retirar el agua con azúcar las hormigas permanecieron olfateando la orina durante 10 minutos, logrando detectar las células cancerosas que flotaban en el cultivo.
“Este estudio muestra que los insectos podrían usarse algún día como un método de detección menos costoso para el cáncer. Aprovechar la biología de las hormigas para la detección de enfermedades es algo que no esperábamos», concluyó Baptiste Piqueret, etólogo y autor del estudio.
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